Todos tenemos miedos.
A veces suelen solo retrasar nuestro camino por un tiempito,
otras veces lo retrasan por completo, nos paralizan y no somos capaces de
encontrar respuestas ni salidas.
Creo que todo comenzó al ponerme un objetivo, pretender
tener todo controlado, pero no lograr hacerlo porque implicaba hacer cosas que
desconocía. No sabía cómo empezar y cómo seguir, y no sabía qué pasaría si hacia tal o cual
cosa, lo ignoraba.
Así llego el miedo, y
al miedo le siguió el bloqueo, anulándome casi por completo. Seguro que les ha pasado…
El miedo, un dictador sin escrúpulos que se apoderó de mi mente y de mi vida.
Hubieron días mejores que otros, o menos malos, donde se ve
que el miedo se tomaba un descanso, o se apiadaba un poco de mi, y mi ser
intentaba hacerle frente y salir a la luz. Pero inevitablemente, volvía a ganar
terreno.
Mis mayores miedos giraban alrededor de mi trabajo, de mi
proyecto: estaba con todas las intenciones de lanzarlo a pleno al #mundovirtual,
darle una vuelta de rosca y conquistar el mundo. El tema era que no sabía cómo
hacerlo! Menudo problema ese… Y, lo peor de todo, no me daba cuenta cuan equivocada estaba:
Antes de conquistar al mundo, es más importante conquistarse a uno mismo.
Me puse a investigar, intentando retomar las riendas del
carruaje.
Comencé a estudiar, muy de a poco, llevando al “don miedo”
de la mano como un niño inquieto que tira para el lado contrario al de uno.
En la vida aparecen personas para sacarnos de nuestro estancamiento.
Es allí donde apareció en mi vida Paula Lesina y su Escuela
Desmesurada (aquí les dejo el link, www.ladesmesurada.com/ para las blogueras, emprendedores on-line y
todo aquel que quiera hacer magia con las palabras, esta mujer definitivamente
me mostro la luz). Aprendí mucho de ella, cosas que desconocía, experiencias y
una nueva forma de ver al mundo.
Aún seguía estancada, paralizada, porque era consciente de
todo lo que debía hacer, como “Un manual del Gran Bloguero encantador de
lectores” pero nunca me era suficiente, siempre me faltaba algo para seguir los
pasos del manual que me había impuesto respetar debido a mi súper exigencia y
perfeccionismo. O simplemente me faltaba coraje para empezar…
Cuestión que seguía en el mismo lugar, empantanada y hundiéndome
con el “don Miedo” de una mano y el Gran
Manual en la otra.
Las casualidades no
existen, todo sucede en el momento indicado para un fin mágico.
Y un día, esos días de causalidades, me volví a cruzar por
la web con el sitio de Lucia Be. Es una ilustradora española, emprendedora… una
genio! Aqui pueden descubrirla por
ustedes mismos. www.luciabe.com
Hecho el preámbulo, vamos al punto.
Me hipnotizó un video suyo, dónde se/nos preguntaba qué nos
impide hacer lo que realmente queremos hacer?
CHAN! SUPER CHAN!
Si no tuviéramos miedos, presiones u opiniones ajenas
que nos pesen, que decisión tomaríamos?
Esa decisión, en crudo y bruto que nos sale de
las entrañas, suele ser la justa, aunque si concretarla implica hacer cosas que
no nos agradan tanto, nos implique un gran esfuerzo llegar a la meta o nos den
miedo…
Perdí la cuenta de cuantas veces lo vi, hasta que me anime a
escribirle un mail de un par de renglones de mis bla bla “cholulos”, agradecerle
por su video y pedir permiso para compartirlo. Su respuesta no fue inmediata, y
obvio que pase días de espera y algo de
decepción: ya pensaba que nunca contestaría.
Hasta que me llegó el tan anhelado mail! Sentí una gran… no! Una inmensa alegría dentro de mí! Quizás para ella haya sido poca cosa, pero, en lo personal, me hizo “mucho bien”, transformándose en una anécdota memorable, esas”cosas significativas” solo para uno mismo.
Hasta que me llegó el tan anhelado mail! Sentí una gran… no! Una inmensa alegría dentro de mí! Quizás para ella haya sido poca cosa, pero, en lo personal, me hizo “mucho bien”, transformándose en una anécdota memorable, esas”cosas significativas” solo para uno mismo.
Esas palabras, suyas y mías, me hicieron dar cuenta de que
realmente yo mando en mí, que yo elijo y llevo las riendas del carruaje y tomo
las decisiones justas.
En ese momento
sucedió la magia.
Le hice caso a mi vocecita interior, a mis entrañas, y mi perspectiva cambió: agarré bien fuerte el Manual gordotote, y, como me
daba miedo no estar a su altura, lo puse a la mía! Decidí tomarlo como una guía
en este camino de #miversiónweb que quiero recorrer.
Ahora, siendo consciente de mi vulnerabilidad, mis dudas y
cuestionamientos, sé que puedo vencer al
miedo, y no permitirle que me aparte del
rumbo, tomarlo de la mano y llevarlo a recorrer la senda con valentía, ese senda mágica que me hace
sentir plena.
Miedo,
lo tenemos todos en algún momento de nuestras vidas.
Lo importante es no dejarse vencer, tomarlo como una sensación de alerta.
Seamos
quienes llevemos el mapa del camino a recorrer.
Se animan a escribir por aquí? A compartir sus miedos? A
contarme si los superaron o aun los estancan? Me encantaría que lo hagan: saber
que no soy la única que los lleva de paseo y que se empeña todos los días a
superarse.
Y si todavía les cuesta vencerlos, ojala que estas palabras
resuenen en vuestras cabeza y les sean de ayuda.
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